La boda vascoinglesa de Sara y Jamie en Bilbao – Parte I
¿Qué tal se portó ayer San Valentín? Por aquí ha repartido muuucho amor en forma de berezipost. Como ya avanzaba en la última entrada del blog, esta semana le toca el turno a otra bereziboda del verano pasado. Una boda con sabor vascoinglés, en Bilbao, que tenía muchas ganas de compartir contigo y que me trae muy buenos recuerdos, ya que Sara fue una de las primeras berezinovias en confiar en mí.
Todavía recuerdo el día que me escribió Sara, contándome que se casaba y que necesitaba ayuda con su boda. Sara y Jamie viven en Chorlton, un pueblecito cerca de Manchester, y querían casarse en Bizkaia, lugar de procedencia de la novia. Cuando comenzaron a preparar su gran día, se dieron cuenta de que al vivir fuera (en Inglaterra) y ser la boda aquí (en Bilbao), les vendría muy bien tener a una persona que les echara una mano con todos los preparativos.


Esta boda celebrada en la Universidad de Deusto y el Restaurante Azurmendi, tuvo miles de detalles muy bien pensados, así que dividiré el post en dos partes para que no se haga muy largo. Hoy te contaré todo sobre la preboda, el look de los novios, la papelería y la ceremonia. Al objetivo ese día, mi querida Patricia with Love, que congenió con los novios desde el primer momento y puso todo su cariño y expertise, como comprobarás en las fotos de este post.
Antes de nada, avanzo que el estilo de la boda recuerda a la época victoriana inglesa y que en la paleta de colores, se encontraban el “rojo Sara” (jijiji lo digo así porque es el color favorito de la novia, es habitual verla con los labios en carmín rojo), el verde mint y el rosa cuarzo. En la decoración, quisimos que hubiera distintos guiños a los ingleses y a los españoles, esto lo verás mejor en el siguiente post.

Preboda con pintxos vascos y txakolí
Sara y Jamie esperaban muchos invitados de fuera, tanto de España, como de Inglaterra, por parte de la familia y amigos del novio. Se nos ocurrió preparar un picoteo el viernes para que los novios pudieran recibir a sus invitados, charlar un rato con ellos y darles la bienvenida. Estas soluciones me parecen una gran idea porque cuando los invitados han hecho un viaje tan largo para venir a la boda, recibirles así es un detallazo, además de una buena manera de que se conozcan entre ellos.
Ángela González, de Micrapel Bodas (luego te hablaré de ella), diseñó una tarjeta ideal, pintada a mano en acuarela, que los novios incluyeron en el sobre de la invitación. Así, todos sabrían que a la llegada les esperaba este encuentro.

Escogimos el bar Zuga, de la Plaza Nueva de Bilbao y David, que nos atendió con suma flexibilidad y disposición, preparó una variada selección de pintxos que sorprendió a ingleses y españoles. Para que quedara más mono, colocamos un mantelito de cuadros vichy con un cartel de bienvenida. También para los niños, hicimos unas cajitas personalizadas con chuches y gominolas.



La preboda sirvió igualmente para que Sara entregara a sus testigos unas pulseritas preciosas que Iratxe de Peqaré preparó (también te hablaré de ella en unas líneas), y a su vez, Jamie diera a sus best-men y testigos los prendidos.








La papelería
Sara siempre tuvo claro que el día de su boda confiaría en Ángela, de Micrapel Bodas, amiga personal e íntima, para diseñar sus invitaciones. Micrapel es una empresa que se dedica a la papelería de bodas y tiene unas invitaciones preciosas, además de un blog muy inspirador (aquí puedes ver la crónica que hicieron de la boda de Sara y Jamie).
Los novios se decantaron por una invitación de estética british con un sobre forrado que tenía unos dibujos vintage en tonos rojos grana, el color principal de la boda. Ángela también se encargó de diseñar los meseros, las tarjetas del seating plan y las minutas (lo podrás ver en el siguiente post, cuando te hable de la decoración).

Los preparativos del gran día
LA NOVIA
Elisa Campano de Littas Beauty Builders se encargó del maquillaje y peluquería de la novia. Sara se decidió por un maquillaje natural enfatizando su mirada y como toque especial, el carmín rojo en los labios; ya que como te decía antes, es el color favorito de esta berezinovia, y decidió que si en su día a día era una marca de identidad suya, ¿por qué no iba a serlo también el día de su boda?

Esta novia quiso lucir unas ondas naturales en su larga melena morena que hicieran resaltar la espectacular corona que hizo Iratxe de Peqaré. Una corona en tonos corales y verdes mint, con reflejos plateados y flores de porcelana, diseñada con mimo y de manera totalmente personalizada para Sara. Iratxe también se encargó de los prendidos del novio y los best-men y las pulseras de las testigos, que hacían juego con la corona de la novia.


Sara decidió hacerse un vestido a medida y confió en Carlota Hormaechea, “modista de bodas” (como ella se define) con una experiencia de más de 40 años, al frente de su atelier en Getxo (Bizkaia). Sara optó por un vestido en encaje con mangas abullonadas, un guiño a los vestidos de novia de Laura Ashley de finales de los 80, principios de los 90.



Como joyas, lucía unos pendientes de perla de Majorica, regalo de todas sus amigas, el anillo de pedida (si buscas en Instagram con el hashtag de su boda #BMSarayJamie, encontrarás una foto en la que cuento lo especial que fue ese momento) y una pulsera de hilo de seda roja, con dos réplicas bendecidas de la Virgen de Begoña, que la novia lleva a diario.

Y para pisar fuerte, la novia llevó unos zapatos preciosos de Resan, archiconocida tienda de Madrid, donde hacen zapatos a medida. Sara quiso que fueran de piel y ante, en tonos rojos y rosas; un regalo para no olvidar nunca, de su amiga Miriam.


El otro perfecto complemento de Sara fue el ramo de rosas, eucalipto y astilbe rojo, hecho con todo el cariño por Rosa de Flores Elorz, que supo captar a la perfección la idea de la novia.


Los momentos que vivimos en el Casco Viejo, lugar donde la novia se preparó, acompañada de Ingrid, una de sus mejores amigas y de su adorada tía Isabel, fueron muy especiales. Sara estaba tranquila y su cara no podía esconder esa felicidad; así que aprovechamos esos momentos para hacer unas fotos muy auténticas en las calles de la parte antigua de Bilbao.






EL NOVIO
El novio se preparó en el Hotel Coliseo Bilbao y sus best-men le ayudaron a cambiarse, y compartieron juntos grandes momentos. En Inglaterra, existe la costumbre de que al novio le acompañen los best-men (no es lo mismo que aquí el padrino o la madrina), que componen la corte de honor del novio y se encargan de asesorarlo y ayudarlo, además de realizar un discurso de felicitación durante el brindis.
Jamie vestía traje en tonos azules y como complemento un pañuelo de estampado Paisley con corbata naranja, exclusivo de Doherty Evans & Stott, reconocida sastrería de Manchester. El detalle del pañuelo también lo llevaron los best-men, a juego con sus divertidos calcetines anaranjados.





La ceremonia en la Universidad de Deusto
La boda tuvo lugar en la iglesia de la Universidad de Deusto, ya que Sara estudió hace años allí y casarse en la capilla de la Universidad, tenía un gran valor sentimental. Los imponentes claustros de acceso y la capilla gótica de la universidad hacían presagiar una bonita ceremonia.


El novio llegó acompañado de su madre y de su corte particular de best-men. La novia hizo una preciosa entrada de la mano de su padre, en un Renault 4/4 en color crema, que encontramos gracias a David de Transociotaxi.





Si hay algo que Sara y Jamie han tenido muy en cuenta a la hora de preparar su boda, es la música. Ambos aprecian la buena música y tienen una cultura musical muy amplia. Para la ceremonia, confiamos en Ana Sagastizábal, como soprano (componente de The Gasti’s) y Margarita Lorenzo de Reizábal, al piano. Jamie entró a ritmo de “Champagne Supernova” de Oasis y Sara con “Woman” de John Lennon. ¿No me digas que estas canciones no dicen mucho de la personalidad arrolladora de estos berezinovios? Otras canciones que sonaron en la ceremonia fueron “Ave María” de Schubert (momento emotivo en el que fui testigo de varias lagrimitas entre los asistentes), “Dona nobis pacem” de Mozart (impresionante la voz de Ana) o “Canticorum iubilo” de Händel, para la salida.


Para que los invitados pudieran seguir mejor la ceremonia, preparamos un misal que diseñó Ángela, de Micrapel Bodas, dibujando en acuarela la entrada principal de la Universidad de Deusto. Ah y el lacito rojo que unía el misal no fue una casualidad jijiji… Todo cuenta en una boda y si queremos que ese hilo conductor, esa paleta de colores, se mantenga en toda la estética de la boda, hay que pensar en cada pequeño detalle del gran día.



La decoración
Flores Elorz también se encargó de las flores de la iglesia, le pedimos a Rosa que preparara cuatro centros generosos, sobre unos cestos blancos que habíamos cogido, utilizando las mismas flores del ramo, en distintos tonos de rosas, eucalipto, hortensias fucsia, gerberas… Una maravilla de centros que hicieron lucir la Universidad más, si cabe.


A la salida, las wedding planners coordinamos un paseo milimetrado entre los invitados para que al pasar los novios, la entrada fuese más especial, entre las pompas de jabón. Como en el claustro no se podía tirar nada al suelo, también preparamos unos wedding wands, unas varitas con lazos con los colores de la boda (rojo grana, verde mint y rosa cuarzo) que tenían cascabeles, y que los invitados debían agitar para hacer ruido.




Como es habitual en las bodas vascas al terminar la ceremonia, a los novios les recibió un aurresku de honor acompañado de un txistulari con tambor (el txistulari es la persona que toca el txistu, instrumento vasco similar a la flauta, y el dantzari, es la persona que hace el baile homenaje). Todo fue una sorpresa regalo de sus amigos Myriam y Eneko, que también entregaron al novio una txapela roja (típica boina vasca), con los nombres de los novios y la fecha bordada en verde y blanco, formando así los colores de la ikurriña (la bandera del País Vasco).



En este momento también se dió paso a una bonita tradición inglesa, la familia de Jamie hizo entrega a Sara del clásico horseshoe, una herradura con abalorios, que se da a la novia al terminar la ceremonia para que se coloque en su mano (manteniendo la forma en “U”), como símbolo de buena suerte.

De paseo por las calles de Bilbao
Creo que no te había dicho antes que otra de las cosas que hizo especial esta bereziboda fue la fecha escogida, casualidad o no (ya que la fecha la cambiamos por temas de disponibilidades), la boda fue el día que empezaba la Aste Nagusia, la Semana Grande de las fiestas de Bilbao.
Termino con estas fotos (imposible reducir la selección, a cada cuál, me parece más bonita) que captan toda la naturalidad del momento de los novios, gracias a la sensibilidad de Patricia. Como anécdota especial, verás que Sara y Jamie, a quienes les encanta salir y disfrutar de buena música en los bares, no dudaron en tomarse unos vinos el día de su boda en el café más antiguo de Bilbao, el Café Iruña.














Espero que hayas disfrutado de esta primera parte y como me viene pasando con los posts de las berezibodas, que me emociono al recordar estos momentos, todo el cariño que he recibido de estos berezinovios… no se te haya hecho muy pesado. En el próximo berezipost, la segunda parte de su boda con un final que vendrá de la mano de Verónica e Iñaki, de Reflejo Pilomotor, ahí lo dejo…
Fotografía: Patricia with Love | Foto 6 Micrapel Bodas | Fotos 21, 54, 57, 59 Berezi Moments
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